martes, 27 de abril de 2010

Santos es chamán, peyotero.

Santos es chamán, peyotero. En el viaje que los huicholes realizan a Viricuta, desempeña labores importantes; dedica mucho tiempo a las actividades religiosas de grupo. Pertenece a un núcleo de comunidades huicholas que ven extenderse su territorio por ahí donde comparten geografía los estados de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit.

No hay una política agresiva de defensa, no se va más allá. En Zacatecas hay mucho que “rescatar” y son pocos los avances en esa dirección. Las riquezas patrimoniales, es el caso de la Quemada, el Mixtón, las Ventanas, la Caxcania toda. Continúan bajo la vigilancia laxa de las autoridades del INAH, que supervisa desde lejos; de investigadores nacionales y extranjeros que adquieren derechos, por desconocimiento y falta de precisión de las leyes.

La cultura que yace en esos sitios, al resguardo del tiempo y del olvido, no se conoce. Los especialistas, muchas veces extranjeros, se dan acceso a esos sitios y usufructúan su valor, mediante becas, estudios, ediciones, en buen número financiadas con recursos nacionales, cuando no mediante el pillaje más directo, de sustracción de piezas. Eso no hace sino desvincular a centros de estudios mexicanos de una posible perspectiva que le de la vuelta al saqueo ocurrido por estos contactos. La universidad, los museos, el gobierno deberían tener una política más agresiva de rescate del patrimonio cultural.

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