viernes, 30 de abril de 2010

Una Visión De Las Mujeres Huicholas

Considerar la situación social de las mujeres huicholas como igual a la de otro grupo de mujeres indígenas o mestizas, resulta imposible ya que si bien se comparten rasgos de identificación con otras indígenas o rasgos biológicos por ser mujeres, sus circunstancias se encuentran marcadas por una cultura que ha decidido permanecer un tanto aislada de la civilización.

El solo hecho de llegar a su ubicación geográfica en la Sierra Madre Occidental crea ya una barrera de comunicación, y la constante e inherente presencia de una conceptualización de lo suyo (huichol) y lo externo (mestizo) conforman un engranaje de relaciones bilaterales; por un lado te reconocen como extranjera y por otro te reconocen como mujer.

La primera impresión que dan las huicholas es que son un grupo hermético mucho más difícil de conocer que los hombres huicholes, pero observando un poco más a fondo se deduce que ese hermetismo no es más que una forma de proteger su cultura, la cual se ve amenazada diariamente frente a la intrusión de extranjeros, incluyendo en este término a los mestizo mexicanos, que muchas veces llegan a sus poblaciones con la finalidad de explotar su cultura para el lucro, exportado sus artesanías y demás productos .

Si bien su ubicación los protege de estas intromisiones, es un hecho que existen huicholes que se benefician también del capital externo; el contacto con el mundo no es para ellos algo ajeno sino que se ha convertido en una forma de vida y sustento. Las mujeres saben que existen personas que venden su cultura, saben que dentro de sus mismos grupos hay quienes portan el estandarte huichol más por mercadotecnia que por sentido de pertenencia y respeto. El hombre huichol por desempeñarse en la esfera pública ha sido el encargo de que esta situación se acreciente; la mujer huichola por permanecer en espacios más limitados, es quien ha conservado sus tradiciones y cultura de forma más tradicional.

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